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Villa Constitución 09/08/2025

La nueva era de la comunicación que redefine la forma en que informamos

Como a lo largo de la historia, los medios deben volver a reinventarse. El principal desafío es hacerlo sin perder la calidad de la información, dejando en claro que esta loable profesión no desaparece, sino que está en constante evolución.



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A lo largo de la historia, la forma en que consumimos las noticias fue mutando drásticamente, quizás el mayor cambio -al menos hasta el momento- se presentó en los últimos años. La irrupción de internet primero, las redes sociales y los dispositivos móviles luego y la Inteligencia Artificial en auge en la actualidad; han transformado por completo el panorama de los medios de comunicación, planteando un desafío sin precedentes para el periodismo tradicional y abriendo el debate sobre el futuro de la profesión. 
Estos paradigmas fueron planteados en Telenoticias Primera Edición, en donde Elio Cabrera recibió a dos colegas: Alejandro Iuliani (Radio X y El Tigre de Papel) y Ariel Gómez (Sur Multimedios y FM Zona), profesionales con años de experiencia y trayectoria que fueron protagonistas de todo este proceso de cambio comunicacional y viven de lleno la revolución digital. 
Antes la forma en que nos informábamos se regía por los horarios de los noticieros de televisión, las emisiones radiales y las ediciones impresas de los diarios. Muchos de los que hacemos periodismo realizamos gran parte de nuestra profesión en ese contexto. Lejos de eso, hoy la noticia es instantánea, global y, en muchos casos, generada por los propios usuarios. Allí surge lo importante en todo este nuevo proceso: no perder de vista la veracidad, la calidad y la responsabilidad al momento de informar. 
Sin dejar de lado que todavía una gran parte de los consumidores disfrutan de sentarse a leer un diario, escuchar un informativo a un horario determinado o descansar después de un largo día mirando en TV su noticiero predilecto; la realidad es que los medios tradicionales, conscientes de que no pueden competir con la velocidad que hoy demandan los consumidores, han tenido que reinventarse. Así volcaron sus esfuerzos en plataformas digitales creando páginas web, aplicaciones móviles y redes sociales. La inmediatez ya no es una opción, es una obligación.
“Soy amante de la ciencia ficción y estaba preparado para todos estos cambios, lo que no esperaba es que se dieran tan rápido”, dijo Ariel y agregó: “La gente hoy maneja sus tiempos, no depende de un horario para ver un noticiero, sino que es al revés. En lo personal también he entrado en esa vorágine de la necesidad de tener todo ya”. 
“Las nuevas tecnologías nos asustan, generan incertidumbre pero hay que romper esa barrera rápido y seguir para adelante porque no se puede negar la realidad”, analizó Alejandro. 
Es importante resaltar es que en todo este trajín de las nuevas formas de comunicar, como profesionales no podemos perder el horizonte y debemos honrar la veracidad que siempre caracterizó al periodista de vocación. 
Uno de los principales desafíos de esta nueva era es la proliferación de las noticias falsas, las famosas “fake news” que abundan en la era digital. La facilidad con la que la desinformación se propaga en redes sociales pone en jaque la credibilidad de los medios y dificulta a los ciudadanos el poder de distinguir entre información veraz y mentiras intencionadas, o mal intencionadas. Aquí es donde el periodismo de calidad cobra más importancia que nunca. En un mar de información, el rol del periodista se erige como un filtro, un verificador de datos y un generador de análisis en profundidad. 
El periodismo de investigación, la crónica y el reportaje en profundidad se convierten en herramientas esenciales para ofrecer valor agregado a lo que llega a los lectores. “Esa es una de las características de esta profesión. El tiempo que hay que dedicarle para ejercer a conciencia el periodismo implica mucho más que la producción de noticias, eso demanda mucho tiempo. Hoy no se persigue una primicia porque cualquiera con un celular y una red social cuenta lo que está pasando, nuestro rol hoy más que nunca es informar con compromiso y responsabilidad, con detalles y datos que es lo que le dan el valor de información periodística y no que sea solamente un rumor”, dice con buen tino Alejandro. 
Como mencionó Iuliani, la revolución digital ha democratizado la producción de noticias. Cualquier persona con un celular puede convertirse en un testigo y difundir un hecho noticioso. A nuestro grupo de medios nos llega constantemente información, datos, imágenes, sobre diversos hechos. Lo mismo sucede con otros periodistas locales, como es el caso de Ariel, quien resalta que “algunos se enojan porque no saben cómo me llegó tal dato, pero a esta altura tengo una red de informantes a lo largo y ancho de toda la ciudad. Por ahí se piensan que es alguien que filtra desde adentro, y no, es la misma gente en una actitud comprometida que me comparte información. De todos modos después corre por nuestra cuenta chequear todo lo que nos van diciendo”. 
Algo que también analizamos es el rol de la tecnología, que no debe presentarse como un enemigo, más bien como un aliado. Con un buen -y responsable- uso, es una herramienta invaluable para los periodistas. La inteligencia artificial, el análisis de datos y la realidad virtual abren nuevas posibilidades para contar historias de forma más llamativa, y acortando considerablemente los tiempos de producción. 
“La IA me parece fascinante y me ayuda muchísimo. Tengo mi propia IA a la que eduqué para que escriba prácticamente como lo hago yo”, contó Gómez aclarando que obviamente la utiliza con responsabilidad. 
Ahora bien, ante todo lo expuesto, nos preguntamos ¿cuál será el futuro del periodismo? 
Con la llegada de la televisión, la radio iba a desaparecer. No sucedió. Con la llegada de internet, el diario papel dejaría de circular, tampoco sucedió. Es probable que en toda la vorágine en que vivimos, saber qué pasará con la forma de comunicar en un futuro no muy lejano, sea prácticamente imposible de descifrar. 
Aunque sí podemos atinar, que todavía podremos disfrutar un tiempo más de este periodismo híbrido, donde los medios tradicionales coexisten con nuevas formas de comunicación digital. 
El desafío es y será siempre sostener un periodismo de calidad, riguroso e independiente, como resume a la perfección Iuliani: “Si hay esencia, no importa el formato. Hay que adaptarse y siempre brindar lo mejor y con responsabilidad para que este oficio se siga respetando y sea más importante que cualquier inteligencia artificial”. 
En resumen, la revolución en la forma de informar no es nueva, y ha transitado cambios a lo largo de cientos de años. Como no fue antes el fin del periodismo, tampoco lo será ahora, siempre y cuando sigan existiendo periodistas que mantengan encendida la llama de la profesión: la búsqueda de la verdad, la verificación de los hechos y el compromiso con la comunidad. 
Pueden cambiar infinitas veces los cuándos, los dóndes y los escenarios; eso no significa la extinción de la profesión, sino la oportunidad de reinventarse cuantas veces sea necesario.